Bebe de 33 semanas

Bebé de 34 semanas
Al final de la semana 33, verás que tu hijo progresa adecuadamente en términos de desarrollo, tanto físico como mental. Este periodo puede caracterizarse por cambios de humor aleatorios: en un momento tu hijo se reirá y arrullará a cualquiera, y al siguiente llorará desconsoladamente.
Incluso en lo que se refiere a la comida, su hijo será, como mínimo, incoherente. Un día se mostrará receptivo a la comida sana, sólida y familiar, y al día siguiente sólo le interesará la leche. Puede ser una época confusa para los padres, teniendo en cuenta la vertiginosa velocidad a la que parece desarrollarse su hijo.
En un bebé de 33 semanas, los estirones son habituales. En pocos meses, el bebé empieza a gatear, a ponerse de pie e incluso a andar. El peso del bebé también aumenta rápidamente, y sus músculos también se fortalecen. Seguro que tu bebé se agarra a cosas y pone a prueba sus nuevos músculos tirándolas.
A veces, el rápido desarrollo del niño puede resultar un poco abrumador para el propio bebé. Puede que algunos días quiera que le dejes solo, pero que otras veces se aferre a ti todo el día. Por muy confuso que sea, todo será para bien: al final de este periodo, tu bebé estará completamente transformado, con nuevas habilidades y capacidades en todos los frentes.
Talla de bebé de 33 semanas
Los bebés prematuros son todos los que nacen antes de la semana 37 de embarazo. Sin embargo, si alguna vez ha pasado tiempo en una unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN), sabrá que un bebé nacido a las 30 semanas, por ejemplo, es muy diferente de uno nacido a las 24 o 36 semanas.
Todos los bebés prematuros son pequeños, requieren cuidados médicos complejos y pueden sufrir complicaciones graves tanto en la UCIN como en casa. Los bebés nacidos muy pronto tendrán complicaciones muy distintas a las de los nacidos más cerca de la fecha prevista de parto. Cada semana es importante, así que veamos más de cerca en qué se diferencian los bebés prematuros semana a semana.
Los bebés prematuros nacidos entre las semanas 23 y 24 de gestación se denominan microprematuros. Pesan poco más de medio kilo y miden unos 20 centímetros desde la cabeza hasta las nalgas. Los bebés nacidos en este momento estarán cubiertos por un fino vello llamado lanugo, para mantenerlos calientes, ya que aún no han desarrollado la grasa parda.
La mayoría de los sistemas corporales están poco desarrollados entre las 23 y 24 semanas de gestación. Las vías respiratorias inferiores están empezando a desarrollarse, por lo que muchos bebés de 23 y 24 semanas necesitan asistencia respiratoria durante largos periodos de tiempo.
Más información
Las palabras y las acciones empiezan a tener sentido para el bebé. Si le quitas algo antes de que esté preparado para dejarlo o escucha la palabra "no", es posible que empiece a llorar o a protestar. Intenta distraerle y ofrecerle consuelo, pero mantente firme en lo que le causó angustia inicialmente: por incómodo que pueda resultar para ambos, todo esto forma parte de su proceso de aprendizaje.
[Consejo] Si sospechas que el bebé tiene algo peligroso en la boca, utiliza el pulgar y el índice de una mano para apretarle las mejillas y sácale el objeto de la boca con un dedo en forma de gancho de la otra mano.
Estancia en la UCIN de un bebé de 33 semanas
Consejo: Habla, habla, habla con tu bebé... Seguramente ya lo haces muchas veces sin darte cuenta, pero haz un esfuerzo por narrarle el día y decirle qué son los objetos que ve o experimenta. Dile: "Esto es una pelota" cuando se la des. Dile: "Esto es un árbol", mientras señalas un árbol. "¿Ves el pájaro?". "Esta es la camiseta de mamá. ¿Crees que alguien se dará cuenta de que me la puse ayer?". Ya te haces una idea... La clave está en que los bebés entienden mucho más de lo que pueden decir. Así que cuanto más hables, más aprenderán.
Tenlo en cuenta: La repetición ayudará a tu pequeño a reconocer y entender las palabras, preparándole para empezar a decirlas algún día. Y aunque te parezca que mantienes muchas conversaciones unilaterales, tu bebé está aprendiendo mucho sobre la interacción social (contacto visual, señales verbales, etc.). Cántale rimas y canciones y cambia el tono para reforzar ciertas palabras y mostrarle entusiasmo. Recuerda que cada niño se desarrolla a su propio ritmo. Así que no te estreses si esas preciosas primeras palabras tardan en llegar.